martes, 5 de noviembre de 2013

NUESTRA TIERRA Y LOS PUEBLOS INDIGENAS



 NUESTRA TIERRA 
Y LOS PUEBLOS INDÍGENAS, DESDE EL MARCO 
DE LA CONSTITUCIÓN
El Preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, contiene los fundamentos y principios que inspiran el espíritu de la Constitución. Allí queda sintetizado el proyecto de país que queremos construir.
Por vez primera en la historia republicana, los indígenas aparecen en el preámbulo de una Constitución. En él se recuerda que nuestros antepasados contribuyeron a defender y liberar la patria del yugo español y define a la actual sociedad venezolana engendrada por la gesta de Independencia como “multiétnica y pluricultural”. Esto significa, el reconocimiento y valoración de los distintos pueblos y culturas que viven en nuestro país. Se aceptan y respetan las diferencias existentes entre los pueblos indígenas, afrovenezolanos, mestizos y los descendientes de los europeos, los cuales en conjunto conforman la población venezolana. Ninguno es superior o inferior por razones culturales o raciales. 



 Luego de éste reconocimiento constitucional de la existencia indígena, el derecho más importante es el que protege a las tierras ancestrales, sometidas desde la Conquista española a la presión de todo tipo de invasores interesados en las riquezas que se encuentran en nuestro hábitat. Para nosotros, la tierra es el espacio vital que permite el desarrollo de nuestras formas de vida propias, donde se encuentran nuestras fuentes de alimentación, medicinas y materias primas con las cuales confeccionamos todo lo que necesitamos.



Esta tierra está llena de significados religiosos, aquí están los lugares sagrados; en ella descansan nuestros antepasados. La relación indígena con la tierra es espiritual, es sagrada y su valor no es meramente económico como en la sociedad no indígena. Las tierras y hábitat que ocupan ancestral y tradicionalmente garantizan la pervivencia física y cultural de los pueblos.
Despojarlos de éstas o reducir su extensión afecta negativamente su identidad cultural y por ende los empuja a la pobreza y marginalidad.
Por estas razones, un Yukpa de la Sierra de Perijá (Edo. Zulia) expresó que: “un indio sin tierra, es un indio sin alma”, “La tierra es el alma, es la vida nuestra. Lo que queremos es una tierra segura para nuestros hijos”, dijeron un Yukpa y un Barí, habitantes originarios de la Sierra de Perijá (Estado Zulia), reflejando el sentir de todos los pueblos indígenas. 

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